martes, 26 de enero de 2010

MIRAR PARA EL LADO CORRECTO

Había una estatua de un rey cuyo dedo índice estaba en posición de señalar. Llevaba la inscripción: "Para obtener un tesoro golpea en este sitio".
Muchas generaciones habían golpeado en el lugar señalado dejando sólo unas pocas huellas en la piedra y una confianza erosionada en sus posibilidades de obtener la riqueza prometida.
Algunos consideraron a la estatua como una broma de mal gusto, pensada por un antepasado que quería demostrar algo que nadie entendía.
Así, algunos la miraron con desconfianza y pidieron al alcalde que la enterrase para no tener que verse enfrentados a su propia impotencia.
Un día, un artista de un pueblo vecino llegó a la ciudad y se quedó conmovido por la belleza de la estatua.
El hombre observó desde todas las perspectivas posibles el estilo, las formas, los materiales, el color, y hasta el sonido que producía el viento al rozar aquella obra de arte. Y, gracias a la amplitud y profundidad de su mirada, le fue posible observar que, exactamente al mediodía, la sombra del dedo señalaba una línea en el pavimento al pie de la estatua ignorada durante siglos.
Los sufíes cuentan que este hombre, después de observar con detenimiento, marcó el sitio que señalaba la estatua, obtuvo los instrumentos necesarios, y con una barra hizo saltar la loza.
Para sorpresa de todos, la loza resultó ser una compuerta en el techo de una caverna subterránea. En ella había extraños objetos, de una hechura tal que le permitieron deducir la ciencia de su manufactura, hacía mucho tiempo perdida, y en consecuencia, pudo acceder al tesoro que la inscripción prometía....
Cuento Sufí

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