domingo, 31 de octubre de 2010

EL TIEMPO, UN TESORO

Una mujer de negocios veraneaba en un pueblo costero. Un día, paseando por el mercado, vio a una señora que recogía su puesto de joyas artesanales.
- ¿Ha tenido buena venta? - le preguntó.
La joyera sonrió:
- Sí. He vendido ocho piezas.
La empresaria miró el reloj:
- Todavía es temprano. Supongo que volverá esta tarde, ¿no?.
Extrañada, la artesana le interpeló:
- ¿Para qué?.
- Pues porque así podría vender más - respondió la mujer de negocios.
- ¿Y para qué?.
- Pues, para incrementar sus beneficios - contestó de nuevo la veraneante.
La artesana parecía desinteresada:
- ¡No lo necesito! Con estas ocho piezas tengo suficiente para alimentar a mis niños.
Pero su interlocutora insistía:
- Mejor entonces, porque así usted podría ganar el doble de dinero. Podría cambiar su puesto por una tienda más grande y bonita.
El gesto de la vendedora se torcía:
- Pero... ¿para qué?.
- Para poder vender mayor cantidad de piezas.
- ¿Y para qué?.
- Para contratar a gente que venda por usted.
- ¿Para qué?.
- Porque así usted podría ser rica y dar a su familia todo lo que quiera.
La artesana del pueblo, sin dejar de sonreír, no acababa de entender la mentalidad de aquella mujer de ciudad.
- Mis hijos están contentos como están, lo que queremos es tener más tiempo para estar juntos - dijo y le preguntó - ¿y para qué querría yo ser rica?.
- Pues para tener a alquien en la tienda que le permitiera disponer de más tiempo libre para pasar con su familia y descansar cuando quisiera.
La artesana asintió y dijo:
- Tiene toda la razón, ¿sabe? Me voy a descansar con ellos ahora mismo...

revista AR de septiembre 2010

viernes, 29 de octubre de 2010

PALABRA DE SHAKESPEARE

El pasado 13 de septiembre, el actor y director de teatro José María Pou inaguró la nueva etapa del Teatro de La Latina de Madrid leyendo a los asistentes los Cinco Mandamientos del Manual de Autoayuda para Directores de Teatro escritos por el dramaturgo inglés. Cinco certeros, sabios y reveladores "consejos" que, seguro, te serán muy útiles si los aplicas a tu día a día. Al fin y al cabo...¿quién es la director/a de tu vida?...

(Nota de José María Pou): Esto son frases sacadas de las obrad de Shakespeare. No existe ningún Manual de Autoayuda para Directores de Teatro. Fue una broma mía de esa noche. Era una manera de decir que todo lo que necesitas lo encuentras siempre en las obras de Shakespeare.

1. Somos del material del que se tejen los sueños; nuestra pequeña vida está hecha de sueños.
2. Un hombre que no se alimenta de sueños envejece pronto.
3. Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreve a más es un insensato.
4. Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.
5. Los mejores hombres son los de pocas palabras.

revista AR de noviembre 2010

domingo, 24 de octubre de 2010

BAILAR BAJO LA LLUVIA

Una mujer afectada por una grave enfermedad tuvo que enfrentarse a un tratamiento muy agresivo que hizo que, en pocos días, se le fuera cayendo el pelo. Y aunque verse con aquella imagen era difícil de afrontar, decidió no llevar pañuelo para esconder lo que ocurría. Su tierna y divertida forma de contarlo os provocará una sonrisa:

Una mañana, al mirarse en el espejo notó que tenía solamente TRES CABELLOS en su cabeza.
- Ummm... - pensó - creo que hoy me voy hacer una trenza.
Decidida a comenzar bien el día, se hizo la trenza y pasó un día maravilloso.

Al siguiente día, cuando despertó por la mañana, semiró de nuevo al espejo y vio que, en esta ocasión, le quedaban DOS CABELLOS.
- Bueno, bueno... - dijo - creo que hoy voy a cambiar de peinado, voy a hacerme la raya en medio.
Dicho y hecho, lo hizo de esa manera y aquel día fue grandioso, casi más que el anterior.

El tercer día, cuando despertó, se miró al espejo y pudo comprobar que esta vez sólo le quedaba UN CABELLO.
- Pues hoy voy a estar fantástica si me hago una cola de caballo.
Así lo hizo y su día fue muy, muy divertido.

La cuarta mañana, volvió otra vez a mirarse en el espejo y descubrió que ya no le quedaba ni un sólo cabello en la cabeza...
- Qué bien!!! - exclamó ilusionada - Hoy no voy a tener que peinarme!!!!.

LA ACTITUD ES TODO.

... Y es que la vida no es esperar a que la tormenta pase. Es aprender incluso a bailar bajo la lluvia si es necesario...

mail de Carmen enviado a AR de noviembre

el éxito...

la vida...

la voluntad...

mantenerse...

la razón...

aceptar las respuestas...

la senda...

el parloteo...

el alma más fuerte...

yo no pido...

la libertad...

la debilidad del cuerpo...

fallar...

cuando menos lo esperas...

presente...

vivir...

obsesionarse...

de hipócritas...

la actitud...

el clavo...

el dolor...

el alimento del cuerpo...

los amigos...

miedos y ansiedades

alegrías y penas...


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lunes, 18 de octubre de 2010

PARA ATRAPAR A LA DIOSA FORTUNA...

Recuerda...

Deberás estar atento, con los ojos bien abiertos y la mirada curiosa.

Deberás cambiar de lugar de vez en cuando en vez de esperarla siempre en el mismo sitio, porque bien podría ser que ya haya pasado por allí y nunca repita su paso.

Deberás verla acercarse, reconocerla.

Tendrás que acercarte cuando pase por tu lado: si te distraes no la podrás agarrar ni de la trenza porque ésta cuelga hacia delante.

Si se te escapa no la persigas, porque corre mucho más rápido que tú.

Sólo aprende y permanece alerta para la próxima vez que te cruces con ella.

Me preguntarás: ¿qué pasa si nunca más te la encuentras...?
No te preocupes ni me preguntes cómo lo sé...
Pero, si te mantienes en movimiento, te la volverás a encontrar...

No lo dudes.

domingo, 17 de octubre de 2010

EL MITO DE LA DIOSA FORTUNA

Había una vez un pueblo muy particular en un país muy lejano, cuyos habitantes compartían hábitos y tradiciones tan extraños como originales. Al crecer, cada joven de la ciudad debía acercarse a un enorme local instalado cerca de la plaza al que todos llamaban "La Proveeduría". Allí cada joven podía y debía retirar un cubierto (cuchara, cuchillo o tenedor) que le entregaría el Ayuntamiento y que cada uno usaría durante los siguientes años para poder comer.
Como decían los más ancianos del pueblo: "Para comer, en el mundo en el que vivimos, se han de usar cubiertos...por lo menos para comer con dignidad...".
Uno de esos jóvenes, al que llamaremos Giorgio, se enteró un día, junto con otros vecinos y compañeros del barrio, de que debía presentarse en "La Proveeduría" a retirar el cubierto que le entregarían para poder comer valiéndose de él. Después de postergar la decisión varias veces, una mañana decidió ir a por el suyo.
En el camino, Giorgio pensaba en qué iba a pedir. Después de todo, era una herramienta que posiblemente lo acompañaría durante muchísimos años. Éste sería el único cubierto que recibiría gratuitamente...
El joven se decidió por el tenedor. Una herramienta práctica, estéticamente hermosa y, como se iba diciendo mientras se acercaba, posiblemente insustituible.
- ¿Tenedor? - le preguntó el dependiente con una expresión compasiva -. No, jovencito. Los tenedores se agotan cada mañana con las primeras cincuenta personas. Todos quieren tenedores. La gente hace colas frente al local durante tres noches para pedir un tenedor.
Giorgio se sintió casi halagado al saber que su elección era acertada, aunque por el momento su acierto no alcanzaba para conseguir lo que pretendía.
- Entonces voy a llevarme un cuchillo - dijo, negándose por principio a hacer una cola de tres días para conseguir un tenedor.
- Cuchillos tampoco tengo - sonrió el dependiente -. Después de los tenedores, lo primero que se agota son los cuchillos. Si pretendes conseguir uno deberías venir muy temprano por la mañana...mucho más temprano que hoy.
Giorgio sabía que la única cosa que le molestaba más que levantarse temprano era tener que hacer dos viajes para la misma cosa. Posiblemente por eso preguntó, con cierta ingenuidad:
- ¿Y qué hay?
- ¡Cucharas! - le contestaron, como era previsible.
- ¿Cucharas? - repitió -. ¿Y eso es todo? ¿Solamente cucharas?
- Es lo único que nos queda - concluyó el dependiente a modo casi de disculpa -. A esta hora...
"Cucharas", pensó Giorgio. "Las cucharas no cortan ni pinchan...".
Las personas que estaban en la fila, detrás del joven, esperando ser atendidos, cuando escucharon la conversación fueron abandonando la tienda mientras pensaban en volver temprano al día siguiente a por el cuchillo, o a regresar esa noche y acampar frente a "La Proveeduría" para intentar conseguir uno de los deseados tenedores.
- A ver las cucharas...- se animó a pedir Giorgio.
Las que quedaban, que no eran muchas, le recordaron la casa de su abuela.
Eran unas de aquellas enormes cucharas amarillentas, reliquias de la época de María Castaña. No eran bonitas ni prácticas ni brillantes, y hasta Giorgio, que no era demasiado refinado, se dio cuenta enseguida de que estaban allí porque nadie las había querido...Pero él estaba ya en "La Proveeduría", y era todo lo que había.
Como siempre pasaba, los madrugadores y los esforzados se habían llevado lo mejor...
El señor que despachaba miró impaciente el reloj de pared; se acercaba la hora de cerrar.
- Me llevo ésa - dijo al final el joven, señalando la menos abollada.
Más conforme que satisfecho y más aliviado que contento, el muchacho salió de "La Proveeduría" con su enorme cuchara en la mano.
Esa tarde, cuando Giorgio salió a la calle con lo único que había podido conseguir, sucedió algo inesperado, alque nunca antes había pasado...
¡¡¡ LLOVÍA SOPA !!!
Nadie podía creer lo que estaba pasando...Tampoco el protagonista, pero el caso es que durante días y días, llovió sopa.

(...) quizá lo más interesante que aprendí de esta fábula, es que, si bien la suerte no depende sólo de tí, también depende de tí. Quiero decir que siempre hay algún mérito en el que tienes suerte.
El mío, en todo caso, fue aceptar llevarme lo único que había para mí en el reparto.
Sé que me conformé con lo que nadie quería.
Y sé que no fue por visionario, porque era imposible prever lo que después sucedió.
Podría haber llovido.
Podría haber llovido pollo al horno.
Podrían haber caído piedras.
Pero llovió sopa.
Y yo estaba ahí... Con la cuchara...

"El mito de la diosa fortuna" por Jorge Bucay

las oportunidades...

la pasión...

la momia...

ser diferente...

los sentimientos...

los triunfos...

una gota...

el momento adecuado...