sábado, 9 de octubre de 2010

LA FORTUNA SEGÚN SE MIRE

Cuentan que un reconocido psiquiatra se paseaba en compañía de unos jóvenes médicos por las salas de un hospitasl psiquiátrico, donde se encontraban ingresados todos aquellos pacientes que tenían en común una enfermiza e irrefrenable tendencia a hacerse daño.
En un momento, al pasar por una sala acolchada, vieron por el visor a un hombre de unos cuarenta años que, enfundado en un chaleco de fuerza, gritaba que se había enamorado perdidamente años atrás de una mujer, pero que, al declararle su amor, ella lo rechazó sin piedad, negándole toda posibilidad de revisar su decisión.
- El paciente - concluyó el doctor - nunca pudo tolerar ese rechazo y se volvió loco al instante, terminando en ese estado.
- Qué mala suerte...- dijo uno de los jóvenes, quizás identificándose con su situación -. Encontrar a la mujer soñada y que te rechace...
Los jóvenes, futuros psiquiatras, sintiendo pena por el pobre hombre, siguieron su recorrido.
En la habitación de al lado, también con paredes acolchadas, otro hombre de casi la misma edad arremetía con la cabeza furiosamente contra la pared, como si quisiera abrir un agujero en el muro o en su cráneo.
- ¿Y este paciente? - preguntó uno de los visitantes, asombrado por tanta violencia autodestructiva.
- Ah... Éste es un caso muy especial. Este hombre también se enamoró perdidamente... y de es misma mujer.
- ¿Y...? - preguntaron todos casi a coro.
- Éste es el que tuvo la suerte de que le dijera que sí. Después de tres meses de convivencia lo trajeron aquí, loco de atar...

cuento de la diosa fortuna por Jorge Bucay

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