miércoles, 10 de marzo de 2010

UNA LECCIÓN DE VIDA

Una pobre viuda que vivía en los tiempos de Buda, tenía un hijo al que adoraba. Un día su hijo enfermó y murió, y ella, loca de dolor, se negó a enterrarlo y lo llevaba consigo a todas partes sin hacer caso de las palabras de consuelo y resignación que la gente dirigía.
Alguien le dijo que el Buda estaba en un bosquecito cercano a la ciudad con sus discípulos. La fama de Buda se había extendido por todas partes, y era considerabo un gran santo capaz de hacer los mayores milagros. La pobre viuda llegó con el cadáver de su hijo ante el Buda y echándose a sus pies le rogó, entre sollozos, que le devolviera la vida.
El Buda dijo:
- Le devolveré la vida a tu hijo a condición de que traigas un grano de mostaza de una casa de la ciudad en donde no haya muerto nadie...
La viuda, llena de esperanzas, partió para la ciudad y empezó la búsqueda. En ninguna casa le fue negado el grano de mostaza.
- Mi madre murió hace un mes...
- Mi suegra expiró la semana pasada...
- Ayer hizo un año que murió mi marido...
No encontró ni una sola casa en donde no lamentaran la muerte de alguien.
Cuando la última casa del pueblo cerró a sus espaldas, no había podido conseguir aún el grano de mostaza. Al anochecer llegó hasta el Buda. Iba sola, llorando dulcemente.
- ¿Y tu hijo? ¿Dónde lo has dejado?..- le preguntó el Tahagata envolviéndola en una mirada compasiva.
- Mi hijo ya no existe. Ha muerto y lo he enterrado junto a su padre. Ya he comprendido, Maestro. ¡Por favor!, ¡enséñame!....
Y el Buda la acogió en su Sangha, y desde entonces hasta su muerte fue su discípula...
Taisen Deshimaru

1 comentario:

pensadores dijeron...