sábado, 5 de diciembre de 2009

LAS ALAS DEL DESEO

Un día, el elefante le dijo a la alondra que le tenía envidia por poder volar. ¡Cuánto le gustaría remontarse por los aires!. Pero con su peso...¡era imposible!. La alondra le dijo que era muy fácil. Que el secreto de las alondras para volar, por ejemplo, estaba en la coloridas plumas de su cola. Si él tuviera por lo menos una pluma auténtica, y de verdad lo deseaba, podría conseguirlo. Dicho esto, se quitó con el pico una pluma de la cola y le dijo: "Aprieta fuerte esta pluma con la boca y agita las orejas de arriba abajo". El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con fuerza la pluma para que no se le escapase y comenzó a agitar sus grandes orejas arriba y abajo con toda su energía. Poco a poco, notó que se elevaba, despegaba, se sostenía en el aire...El elefante se sintió feliz, podía ir donde quisiserse, por los aires, con toda facilidad. Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres, cruzó por lo alto el río profundo que había marcado el límito de su territorio y exploró paisajes desconocidos. Después, volvió sonriente y aterrizó en el sitio donde había dejado a la alondra. "No sabes cuánto te agradezco esta pluma milagrosa", le dijo. Y se la guardó cuidadosamente detrás de la oreja para cuando quisiera volar otra vez. La alondra le contestó: "Oh, esa pluma. La verdad es que de milagrosa no tiene nada. Se me iba a caer porque estaba un poco desprendida, pero tienía que darte algo para que no creyeras que tu deseo era imposible y se me ocurrió esto. Ahora lo sabes. La magia la trajo tu deseo y lo que te hizo volar fue la fuerza que pusiste en agitar tus orejas".

Jorge Bucay, de CUENTA CONMIGO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

pensadores dijeron...